Por Alexis Galicia /0/2023
En días recientes, he notado varias noticias en medios digitales que, de alguna forma u otra, me resultan similares entre sí, y es que hace meses, o años, hablar de drag queens o cambio de sexo eran asuntos de países cuyo valor moral era inexistente, al menos por haber permitido que las ideologías progresistas se adueñaran de espacios relevantes para la vida pública, política, económica y cultural.
Dichas noticias resaltan por hacer uso del “lenguaje inclusivo” (pero no incluyente) del uso de discursos que catalogan a quienes no pensamos como ellos con alguna fobia (inexistente) o que comparten un trasfondo de perversión, pedofilia e interés en objetivos políticos aberrantes.
Ahora bien, en México se ha iniciado un discurso de diversidad sexual a la par de educación, donde hombres vestidos de mujer, en aparente estado de condición con disforia de género, ingresan a espacios públicos o escolares (pretenden) a leer cuentos, con el uso de símbolos vulgares y que entorpecen el libre desarrollo del menor.
Es así, que bajo dicha coyuntura, el discurso ha crecido cada vez más en nuestro católico país, lo cual me resulta demasiado alarmante, puesto que ahora no solo golpean a la familia mexicana, sino que doblegan instituciones, de gobierno o privadas, tanto que, en demasiadas escuelas del territorio se han permitido ingresar con contenidos nada pedagógicos, sino meramente adoctrinadores.
La sexualización de los menores de edad me parece lo más perverso que puede existir, al igual que aquellos adultos que convierten un discurso pedófilo en uno de “libertad”. Es así, que hoy nos corresponde entablar una discusión sobre el auge del pensamiento liberal y progresista, principalmente desde la perspectiva educativa.
Es alarmante que haya un proceso de adoctrinamiento dentro de las escuelas mexicanas, no solamente por los contenidos en libros de texto, sino ante la ausencia de un sentido humanizante. Es así, que la calidad educativa de nuestro país se pervierte porque nuestros representantes políticos asumen un papel de promotores de discursos de izquierda, y no de salvaguardas de una formación integral correcta.
La perspectiva moral debe ser una base para la educación, puesto que integra muchas otras que dan cabida a la visión general de la persona humana, capaz de entender y decidir bajo un pensamiento crítico el mejor de su porvenir, o el bien mayor, como muchos lo podemos definir.
Entonces, el común denominador de la SEP lo podemos definir como el adoctrinamiento desde la ignorancia más profunda, al salir de lo académicamente justo, y basar toda estrategia institucional en principios insufribles de victimización y chantaje, porque debemos recordar que todo aquello que no encaja con la Cuatro Te, debe ser eliminado.
¿Por qué permitir que haya una sexualización de menores? ya mucho tenemos con ocupar los primeros lugares en trata de menores y ni hablar de matrimonios forzados en niñas, entonces, ¿qué nos corresponde hacer? La respuesta es simple, aunque se vuelve difícil, y es que mientras no dirijamos nuestras vidas en la formación de seres virtuosos, desde la primera infancia, los promotores de la vulgaridad seguirán intentando maquinar a nuestros pequeños a su favor, por lo que no hay algo más sensato de mi parte que llamar a la acción.
Finalmente, debemos tener presente nuestra condición de cristianos, y salvaguardar la Verdad sobre la vida del hombre, y por supuesto, exigir leyes que garanticen el Estado de Derecho para la infancia, como encarcelando a responsables de mutilaciones, de desórdenes mentales en adolescentes o de incentivar la pedofilia a través del supuesto libre desarrollo de la personalidad. Dios, Patria y Familia.
#EsCuestiónDeEducación y lo será siempre.
Alexis Galicia
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