Con estas dos simples palabras, dichas por el Presidente de México en relación a que las ministras y los ministros que propuso para ocupar una silla en el máximo tribunal de justicia mexicano, lo decepcionaron; porque es sabido que dichos ministros no están de acuerdo en mantener la prisión preventiva oficiosa dentro del marco legal.
Incluso acusó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de “legislar”, de convertirse en Poder Legislativo, y ni si quiera se detuvo a pensar que sus comentarios invaden otro poder. Es más, tampoco recordó sus constantes intromisiones en el Congreso de la Unión.
¡Me equivoqué!, pareciera ser también una amenaza, pues claramente les dice que están en contra del proyecto de transformación; ya no piensan en el, pero se infiere que es en él, en quien no piensan.
¡Me equivoqué!, también se lee como un mensaje al Poder Legislativo después de enviar, el 31 de agosto, la Ley que implica la militarización del país; seguramente lo decepcionaron quienes no fueron, quienes se abstuvieron de votar y quien sí votó en contra como lo hizo la diputada de Morena Inés Parra Juárez. Tal vez la legisladora Parra, fue la única que “leyó” que al cambiar la procedencia de la iniciativa del “Ejecutivo Federal” a iniciativa del grupo parlamentario de Morena, no sólo sería responsable con su voto, sino a la de contribuir con la propuesta de militarizar el país. En cambio si ella votaba en contra no decepcionaría, ni haría sufrir a Andrés Manuel, el peso del sufrimiento se lo llevaría Ignacio Mier.
Como siempre lo he dicho, el presidente engaña con la verdad, pues en la iniciativa que se “discutió” el pasado viernes, llevaba el dardo envenenado al incluir la Ley de Ascenso y Recompensas al Ejército y Fuerza Aérea, pues al votar en contra, parecería que la oposición no quiere a las fuerzas armadas, y nada más lejano a la realidad.
Habría que preguntarles a los militares, si desde que llegó este gobierno están mejor; si como se presume, el trato y condiciones de trabajo han cambiado positivamente.
Celebro que en San Lázaro se votara en dos momentos, primero la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y la Ley de la Guardia Nacional y después, en segunda votación, la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea, dejando claramente establecido que no queremos un Estado militar, pero sí queremos unas fuerzas armadas en condiciones superiores, con reconocimiento y gratitud a su trabajo de muchos años.
Visto desde fuera, está ley como todas las iniciativas del Ejecutivo llevan un objetivo común: la concentración del poder. No pudo con la ley eléctrica, ni podrá con las fuerzas armadas, la Corte no legislará, le dirá a los diputados de Morena que lo que aprobaron viola la Constitución y al igual que la prisión preventiva oficiosa, la violenta; no les gustará, pero así será.
¡Me equivoqué!, es también lo que hoy más de quince millones de mexicanos dicen al haber dado su voto a quien prometió un cambio verdadero. Faltan menos de 21 meses para la elección de 2024, que sin duda perderá Morena. Ojalá, para no caer tan bajo, se cambie desde el poder la expresión de ¡Me equivoqué!, por una realista, ¡Estoy Equivocado!
Las mismas palabras pero con un significado más esperanzador.
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