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Foto del escritorFrancisco Landero

La educación en México: Entre la mediocridad y el miedo


 


Otro grave error del gobierno mexicano es el proyecto del modelo curricular que la Secretaría de Educación Pública (SEP) está comenzando a implementar en México. En tres palabras, el modelo es disruptivo, confuso e inoportuno. Es una mezcla de pedagogías, ideologías e improvisaciones. Tiene su base en el miedo y en la mediocridad.


Robespierre señalaba que el secreto de la libertad estriba en educar al pueblo, mientras que el secreto de la tiranía es mantenerlo ignorante. El líder revolucionario francés no destacó por su congruencia a favor de las libertades y más bien impulsó un régimen autocrático, de división, de incertidumbre generalizada y autoritario que incluso lo llevó a justificar el uso de la pena de muerte a la que tanto se había opuesto en el pasado. Pensaba diferente a como actuaba. Tenía miedo y su defensa fue promover un régimen de terror y de confusión.


El gobierno le tiene miedo a la educación de calidad o de excelencia (como la misma 4T lo aprobó en la Ley General de Educación) porque tiene fobia a la verdad. La verdad es lo que nos hará libres y la libertad es desdeñada por este gobierno. Un ejemplo del miedo que tiene el gobierno es que no ha instalado los Consejos de Participación Escolar en la Educación, establecidos como obligación en el art. 135 de la Ley General de Educación para fomentar el diálogo y la información en la comunidad escolar. Otro ejemplo del pavor del gobierno es su férreo control sobre los sindicatos educativos (SNTE y CNTE), sobre quienes ha incrementado la imposición de líderes seccionales y ha aumentado las prebendas económicas y privilegios. A mayor control, mayor percepción de dominio, de totalitarismo. El miedo a no transcender por la ineficiencia gubernamental en todas sus áreas se refleja en los libros de texto encargados al director de materiales educativos Marx Arriaga, -nótese el nombre de este funcionario- al querer incorporar la visión fragmentada y subjetiva de la historia, un civismo conformista y una biología ideologizada. Para este modelo antiacadémico, el aprendizaje no es relevante sino el activismo social. Así, elimina la reprobación, los exámenes y convierte a los alumnos en sujetos pasivos, arraigando un determinismo de vida local, lejos de la mundialización y de la solidaridad universal. A mayor ignorancia, mayor miedo.


La mediocridad no se queda atrás. El modelo es ideológico y coloca en el centro a la comunidad, en lugar de la persona, ubica el interés de la comunidad sobre el interés superior de los estudiantes, un modelo ideológico basado en los principios del fracaso comunista y del marxismo masificante. Es un modelo contrario al personalismo y al humanismo. Además, confunde las competencias para la vida, con competencias mercantiles. Busca justificar la lucha de clases del marxismo rancio, a través de un nuevo neo-marxismo, que elimina la promoción de habilidades personales (al considerarlas consumistas, individualistas y aspiracionistas) y permea en los planes de estudio la confrontación entre ricos-pobres, empresarios-trabajadores, norte-sur. La mediocridad del modelo también se refleja en la improvisación de la capacitación que se dará a los directivos escolares y maestros. La capacitación ha comenzado con información general, ya que el modelo se está construyendo todavía. En enero del próximo año habrá otras jornadas con tiempo escaso para asimilar conocimientos, y desarrollar las habilidades. No es difícil pronosticar otro fracaso en la política pública.


Otro ejemplo de mediocridad es la fobia gubernamental hacia la evaluación de maestros y alumnos. Las evaluaciones no son buenas ni malas en sí mismas, son instrumentos para conocer las áreas de oportunidad de cada persona, nos dan información sobre la realidad. Los documentos del modelo curricular describen la evaluación de una forma ambigua, confusa, contradictoria y denostativa. Se afirma que la realizarán diversos actores educativos, pero evita la forma de aplicarla y operarla. Lo que no se evalúa no se puede mejorar.


Si bien el modelo se aplicará en forma parcial y mediocre debido a que no hay, y no habrá, presupuesto suficiente (en el 1er. Semestre del año el presupuesto educativo sufrió un recorte del 13.6% de acuerdo con el informe de la SHCP) para cubrir lo establecido en los documentos improvisados del modelo, tendremos que lamentar por muchos años la pérdida del derecho a la educación de calidad.


En su reciente viaje a Canadá el Papa Francisco expresó: “La educación siempre debe partir del respeto y de la promoción de los talentos que ya están en las personas. No es ni puede ser nunca algo elaborado previamente que se impone, porque educar es la aventura de explorar y descubrir juntos el misterio de la vida...”


En México solo habrá una buena educación en el momento en que se respete la libertad y se busque con decisión la verdad.



Por José Francisco J. Landero Gutiérrez

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