Maximiliano de Habsburgo es uno de los personajes más polémicos de nuestra historia, la historia de bronce lo tacha como el invasor que vino a gobernar México; la realidad como menciona José Luis Soberanes en su obra El emperador de México Maximiliano de Habsburgo y los derechos humanos fue que Maximiliano no fue ningún invasor:
El joven Habsburgo les hizo saber que aceptaría siempre y cuando le presentaran los votos de conformidad y aceptación del pueblo al que iba a gobernar. Después de esto, una parte de la comisión regresó a la República para arreglar dicha petición; la otra, a solicitud del propio Maximiliano, permaneció en Miramar algunos días más para conversar con él sobre la situación política y económica del país que lo había proclamado emperador. (José Luis, Fernández Soberanos, El emperador de México Maximiliano de Habsburgo y los derechos humanos, México, Revista de la Inquisición. Intolerancia y Derechos Humanos Volumen 25, 2021, pp. 333-357.
Por consiguiente, Maximiliano no iba a venir a nuestro país como un don Juan por su casa, tenía conciencia sobre si realmente los mexicanos deseaban tenerlo como gobernante en tierras mexicanas, pero los intereses de Napoleón III y de los imperialistas mexicanos sellaron su destino en nuestro país que tras sufrir la segunda intervención francesa entre 1862-1863 con la captura de la ciudad de Puebla y México el panorama se volvió seguro para que el 10 de abril de 1864 Maximiliano aceptara ser emperador de México.
Pero ¿Maximiliano puede ser considerado como un gobernante bueno o malo para México? Ya he mencionado que en la historia no hay héroes o villanos, pero lo que si hay son hechos y resultados e independientemente de la postura ideológica o política del lector siempre hay que analizar objetivamente las acciones del o los personajes históricos.
Asimismo, en la obra de Patricia Galeana La llegada de Maximiano podemos ver cuales eran las intenciones legislativas que tenia el emperador:
Intentó impulsar la modernización del derecho mexicano que en muchos aspectos se encontraba sustentada en la legislación novohispana. En el Segundo Imperio, Teodosio Lares elaboró un código civil y un código de comercio. Dentro del repertorio normativo destacan las leyes de contenido social como la Ley de liberación del peonaje y la Ley sobre el fundo legal de los pueblos, que junto con la creación de la Junta Protectora de las Clases Menesterosas y las casas de beneficencia y de maternidad formaron parte de la política de liberalismo social que caracterizó el periodo. (Patricia, Galeana, La llegada de Maximiliano, México, Ciudad de México: Secretaría de Cultura, INEHRM, 2018. Pp. 15).
Mas adelante se mencionan los aspectos científicos que traía Maximiliano desde una perspectiva liberal:
Bajo el amparo del Imperio se llevaron a cabo numerosos proyectos de carácter científico en los que tuvieron participación destacados estudiosos mexicanos como Manuel Orozco y Berra, José Salazar Illarregui, Francisco Pimentel, Joaquín García Icazbalceta, Antonio García Cubas, José Fernando Ramírez, entre otros. El conjunto de sus investigaciones dio frutos en materias muy diversas entre las que destacan: lingüística, botánica, etnografía, geografía, arqueología y mineralogía. Por iniciativa de Maximiliano fue creada la Academia Imperial de Ciencias y Literatura; sin embargo, la ya existente Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística fue el órgano que concentró el mayor número de los esfuerzos científicos. Apoyarse en la investigación científica fue una estrategia del Imperio como forma de allegarse información que permitiera dictar las medidas de gobierno más adecuadas al momento y obtener recursos. Un ejemplo de lo anterior fue la ley elaborada por Orozco y Berra que dividió el territorio nacional en 50 departamentos. (Patricia, Galeana, La llegada de Maximiliano, México, Ciudad de México: Secretaría de Cultura, INEHRM, 2018. Pp. 21).
También, se buscó fomentar el arte dentro del segundo imperio mexicano:
Como parte de su discurso legitimador, el Segundo Imperio llevó a cabo un amplio programa de apoyo a las artes que tenía como objetivo fundamental hacer público el esplendor de la monarquía materializada en la traza de amplias avenidas, la erección de monumentos, la construcción de bellos y magníficos edificios públicos, pretendiendo demostrar que el nuevo orden político correspondía a la historia y a las necesidades de México. Parte central del proyecto fue una institución ya existente que fue rebautizada como la Academia Imperial de San Carlos. En ella se impulsó la construcción de una historia nacional, a través de retratos y paisajes que hacían hincapié en la fundación del México prehispánico y la emancipación de España. La imagen de los emperadores reproducidos por medios fotográficos o litográficos fue distribuida ampliamente. Durante el Imperio los alumnos de la Academia recibieron importantes estímulos para su carrera futura. Los pintores Pelegrín Clavé, Santiago Rebull, los paisajistas José María Velasco y Luis Coto o el escultor Miguel Noreña fueron algunos de los beneficiados. (Patricia, Galeana, La llegada de Maximiliano, México, Ciudad de México: Secretaría de Cultura, INEHRM, 2018. Pp. 22-23).
En conclusión, el segundo imperio mexicano bajo el gobierno de Maximiliano de Habsburgo trajo consigo para México; avances científicos, fomento a la cultura y al arte en nuestra nación, se legisló políticas de aspecto social que brindo a los mexicanos y sobre todo a los indígenas un avance en derechos humanos donde se buscó brindar al mexicano una verdadera condición de vida digna y justa.
Por Andrei Rodríguez